Puedo buscarte debajo de las piedras como si no existiera el hielo
o la introspección no fuera temeraria:
quizás no pueda sin deseo
¿es que el cariño me incita a desearte?
Tierno es mi deseo, pero luego se amotina
y se esparce hasta hinchar mi polla hasta que duele.
¿Será injusta la erección
o será sólo un sacrilegio?
No lo sé, pero me empalma.