domingo, agosto 28, 2011

Indiscreccionalidad insinuada

Construir de un bulbo una persona.
De un labio hacer un palabra.
De un beso aspersionar amantes.
De una guerra guardar una trinchera.
De un muñón guardarse doce dedos.
De guadañas rebotar un eucaliptus
emparentados con los ficus más elásticos.

O algo más sencillo ¿me lo cuentas?


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.



Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


YO

Carz dijo...

Ya sé que decís que "ni antes ni después".
Yo tengo mis impresiones, pero no son las tuyas, ni deben serlo. Hace unos minutos escribí algo de marcianos, algo como que quien no tenga hijos o sea de otro planeta y venga de visita, puede contemplar y asumir y hasta bastarle la innegable belleza de ciertos paisajes.
Pero la situación está globalmente jodida y, por fin, sé que no soy capaz mejorarla.

Hago algo de pedagogía en mí entorno, pero rula.

Y NOS recuerdo.Y éramos hermosos, pero, por unidades menguamos. Parafraseando a Benedetti "en la vida codo a codo somos mucho más que dos".

También yo.