martes, junio 14, 2005

Como un torrente

Abriré mis brazos para amarte
y asaltaré una a una las prisiones
que me retienen a salvo en sus mazmorras.

Como un torrente
que desbroza el amor de lo superfluo
que desgaja las piedras del camino
y graba con su fuerza los barrancos,
buscaré el universo en cada abrazo,
cercaré la historia con latidos.

Restallarán sacrílegos los besos
transmutando lo humano en lo divino.
Asumiré en cada hueso de mi cuerpo
un punto de apoyo que afiance
el motor inmóvil del destino.

viernes, junio 10, 2005

De nuevo Pilatos

 
Al soñar se me escampa
el tiempo por las manos:

   “mira qué soy cuando era otro”
   “ese año anillado en el meñique
       fue la cuna del futuro que ha pasado”
   “si me muerdo las uñas
      devoro mi primer año de escuela”


Y sigo en este sueño
y alguien dice:

   “lávate las manos y acabemos”

jueves, junio 09, 2005

Memoria

Abyecta la memoria,
reinando en un trono de leproso,
se deshace y, por ende, me desgrana.
Sabe que su reino
es momentáneo,
sabe que el alcohol es mi aliado,
su asesino.

martes, junio 07, 2005

Regueros

Abierta la cabeza
por un golpe contra el suelo
fluye lenta la sangre
llenando el suelo de deseos.

Serán barridos por el viento
cuando el sol reseque los regueros
de una sangre de más necesitada
que sustrajo al mundo alguna pena,
que procuró algo de dicha,
que alimentó algún sueño
que batió en retirada
al desconsuelo.

Premonición primera

Sensaciones de pérdida me vigilan
me acompañan como perros de presa
como premoniciones amargas de vigilia.

Sin demasiado pesar deambulo por la casa
arruinada por el eco de tu ausencia

disparos de sal
brotan de antiguos manantiales de júbilo.

Es el ciclón de la miseria
el arrabal del tiempo
el afán de permanencia
la pasión por la muerte.

miércoles, junio 01, 2005

Senda

Escuchando Humility de Wim Mertens

Reaparece el tiempo de las lluvias
entre dunas cercanas a la playa
y surcan, inquietas, las gaviotas
los restos de un cielo que se apaga.

Reaparece el sabor de las ausencias
el saber que queda sólo nada
el resonar del silencio en la memoria
y el peso del vacío en las entrañas.

Reaparece un amor tan diminuto
que apenas se alza a un palmo de la grava
que cubre la senda a tu persona
y ensangrienta los pies de quien la anda.