martes, junio 14, 2005

Como un torrente

Abriré mis brazos para amarte
y asaltaré una a una las prisiones
que me retienen a salvo en sus mazmorras.

Como un torrente
que desbroza el amor de lo superfluo
que desgaja las piedras del camino
y graba con su fuerza los barrancos,
buscaré el universo en cada abrazo,
cercaré la historia con latidos.

Restallarán sacrílegos los besos
transmutando lo humano en lo divino.
Asumiré en cada hueso de mi cuerpo
un punto de apoyo que afiance
el motor inmóvil del destino.

6 comentarios:

UMA dijo...

Cada dìa, al despertar, mi alma contemplarà tu riqueza y sonreirè por haberte conocido ;)
Abrirà-ella- sus brazos para amarte y caeràn a làgrimas cada una de las piedras que enclavò para muralla.

indah dijo...

"Abriré mis brazos para amarte (...)
buscaré el universo en cada abrazo,
(...)


Buen comienzo. Buen poema. Sí. Hay una palabrilla "motor" que me saca del poema pero no sé decirte por qué es. Sin embargo, es. ¿Se puede cambiar?

Carz dijo...

Uma,

sos una delicia como lectora: tan benevolente que hasta consigues hacerme dudar...

Carz dijo...

Querida indah,

El poema acaba haciendo un guiño al "motor inmóvil" de santo Tomás de Aquino. Quizás en el contexto suene demasiado técnico... ¿se puede cambiar? por supuesto, tus sugerencias siempre son bienvenidas (e incluso añoradas).

UMA dijo...

Carz!ya sabes,"No digas cosas.Lo que eres relumbra sobre tì mientras lo haces, y atrona con tal fuerza que no puedo oìr lo que alegas en su contra";)Un abrazo sureño diluviado...

Mar dijo...

Abrir-se, dejar-se...
ese es un buen paso siempre.

Mi Bahía se hace pequeñita ante vuestros hermosos lugares comunes.
Voy despacito, poco a poco.

Mar