jueves, marzo 16, 2006

Ceguera redentora

Sopeso el dolor:
nunca salió caro:
aprendí a cultivarlo para que me diera forma.

Nieve en la cara con sólo seis años.
Sangre en los pies con sólo seis años.
Ansiar un trago de agua con sólo seis años.
Morir de amor con sólo seis años.
Saberse solo con sólo seis años.

Un pundonor ciego me impulsaba.
Un afán por ser yo mismo.
Un deseo irrenunciable de justicia.


Y una ceguera redentora.

3 comentarios:

UMA dijo...

Siempre debo hacer un gran esfuerzo por lograr llevar a las palabras cosas como las que siento ahora.
Por lo general, y como ya sabès, en estos casos funciona mejor mirarte a los ojos y estrecharte en un abrazo...

Hoy quiero volver a decirte que tu raìz me conmueve, que te admiro, y que siento por vos un cariño que quisiera te sea tan cierto como el que es.

Un abrazo hondo y largo, si que si.

Carz dijo...

Organizar las palabras es un intento por aprehender los sentimientos que las generan, tal vez un proceso de humanización, en el sentido positivo del término.

Cambio todas mis palabras por un abrazo hondo y largo, si es el tuyo, claro.

Besos

UMA dijo...

Ayy
Sìp, acepto;)