miércoles, julio 14, 2010

La erección como virtud de la apología

Puedo buscarte debajo de las piedras como si no existiera el hielo
o la introspección no fuera temeraria:
quizás no pueda sin deseo
¿es que el cariño me incita a desearte?

Tierno es mi deseo, pero luego se amotina
y se esparce hasta hinchar mi polla hasta que duele.

¿Será injusta la erección
o será sólo un sacrilegio?

No lo sé, pero me empalma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues venga, si es asi que asi sea. Ya sabes yo siempre feliz haciendo de ti "maravillas".

Mil/s besos de altura para ti siempre!

Anónimo dijo...

A ver si se concreta...porque de pollas hinchadas ya tengo hinchadas las pelotas...
La fantasía es buena hasta cierto punto: el que linda con la pelotudez

-ningún anónima, ya sabés quién soy-

Anónimo dijo...

pollo gordo