miércoles, septiembre 06, 2006

Declinación

Otro vendrá a cambiar el mármol por la sangre,
el frío dolor por la caricia amable
y refundará los cimientos de la patria.

Serás feliz, sembrada de caricias,
colmada de agasajos,
y sé que te amará con la sinceridad de un niño.

Y vos sonreirás con esa risa amable,
con esa risa franca que tanto me emociona,
y tendrás quizás
-en un fugaz momento-
un recuerdo hacia mí
y la certeza plena
de que hiciste bien
al declinarme.

2 comentarios:

indah dijo...

Cuando los sentimientos son tan grandes, cualquier poema se queda pequeño.

Y qué más da: lo de menos son los porqués.

Generalmente, el río que antes fue torrente, salto de agua, incluso catarata, se remansa cuando va llegando al mar, si bien, antes recorre tierras bajas, quizá porque deben arrastrar con él todas nuestras miserias: el último bautizo, la ablución que nos limpia y justifica.

Y es que... sólo el Amor nos justifica.

Bueno, no me hagas caso.

Carz dijo...

Bueno, por una vez estoy de acuerdo: no te hago caso ;-)

Un abrazo.