viernes, septiembre 01, 2006

Historia de un hombre ridículo I (*)

A veces me devastan los sentimientos, me desbordan y superan ampliamente.

Cuando era joven, recuerdo que tensaba los músculos del brazo hasta que parecían romperse y quedaban doloridos, no podía comprender cómo podía llegar a ese extremo, aunque siempre supuse que el músculo no sería capaz de tensarse hasta su ruptura.

Ahora lo que siento es capaz de devastarme, sé que me quebrará por dentro, sé que sajará mis entrañas: palabras que alimentan la imaginación hasta hacerla pesada como plutonio pesado que agostará todo lo que soy con su radiación.

Ése parece ser el destino. Insignificante y ridículo destino, pues es el mío.



(*) Titulo de una película de Bertolucci

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