lunes, octubre 24, 2005

Crónica de ausencias III

La verdad es que ignoro las dos cosas: no se por qué te escribo en cuartillas y no sé por qué te escribo, pero muchas veces las cosas se empiezan sin un por qué, y luego pasa lo que pasa.

El que te escriba en cuartillas, quizás se deba a una regresión hacia mi infancia de escuela nacional y de educación franquista aunque, en general, de buenos profesores. Quizás busque consuelo en una época temprana para darme cuenta que ya entonces no existía: regreso a mis orígenes sin demasiada pesadumbre
pero sin alegría, buscando el catalizador de lo que siempre he sido.

El que te escriba puede que sea un intento de redimir mi necedad, porque de lo que me siento verdaderamente culpable es de mi ignorancia, de mi cercenante estrechez emocional, de saber que he sido un imbécil a pesar de mi apariencia de cultura. Y es que la memoria es alevosa y sólo recuerdo, ahora, copas y copas y llanto tragado de las copas: alcohol y humo, e impotencia sorda y ridícula… me avergüenza mirar al pasado semireciente, pero… qué le vamos a hacer… es historia, aunque sea la mía.

2 comentarios:

UMA dijo...

A veces me pasa que le escribo para recordarlo, a veces para aclararme, pero màs escribo -creo- para no olvidarme...
Vergûenza, necedad, impotencia, de cuanto de todo eso estamos llenos...quizà sòlo sea lucidez.
O empezar a animarse a ver, o todo lo contrario...
Quizà este ver carezca de estrechez emocional, nada sè.

Besazos a Carz, que me gusta verlo como lo veo (y no sòlo):)

Mar dijo...

Lo que somos, Carz, nos guste o no lo hemos ido creando nosotros mismos. Unas veces estamos satisfechos de nuestra creación y otras la odiamos. Cierto que no lo hemos hecho solos y los ayudantes que nos tocan en cada momento influyen y mucho en el resultado.

¿Por qué me gusta tanto cómo te expresas? No sé, quizá me veo reflejada en estas crónicas.

:***