martes, octubre 04, 2005

Polo Norte

Amansados los sueños y las ansias
la terca niebla preside el horizonte:
todo lo abarca, lo atempera
con su abrigo inconsolablemente frío.
Quedo aturdido por la fuga
del amor que me dio vida
más allá de la vida del carbono.

Reverencias boreales desde este septentrión del alma
-en el que transito de pionero
explorando desiertos siempre helados-
iluminan con sus luces serpentinas
la noche cautiva por un sol de varios meses.

Mi ruta es hacia el norte
y aquí el norte está en el suelo:
avanzaré cavando entre los hielos
buscando un nicho a la memoria.

Ateridos los dedos,
las uñas desgastadas
y violáceos jirones de piel desperdigados:
quedo exhausto.

Apuro de dos tragos la botella,
pues dicen que el alcohol
precipita la muerte por el frío.

1 comentario:

UMA dijo...

Es difìcil decir algo, cuando uno queda inmerso en la nieve con el otro.
Una mirada, un gesto, salir o perecer con el otro, postrada en el mismo piso helado, eso has hecho con tu poema...
Quedan dos tragos:)
Carz, que tu raiz me conmueve.
Un abrazo de acà a allà.